El final de la vida.
Resumen
El hombre desde la antigüedad ha asociado una función vital, la respiración, con el concepto de vida, de forma que el diagnóstico de muerte se basó históricamente en la observación de la presencia o ausencia de la función respiratoria. Luego se descubre otra función vital: la circulación; el latido cardíaco se convierte en otro signo de vida, de modo que su ausencia, adicionada a la de la respiración pasaron a ser la línea que separa la vida de la muerte. A partir de los años 60-70 del siglo XX aparecen y avanzan en su tecnología los centros de Cuidados Intensivos lo que comienza a generar discrepancias con la definición del concepto de muerte. Las técnicas de resucitación, permiten salvar enfermos después de períodos de paro cardíaco de algunos minutos de duración y en cuanto a la función de ventilación, los sofisticados métodos actuales, permiten que la función sea sustituida por períodos prolongados y hasta indefinidamente. Cuando llega la fase final de la vida, disminuye la función del médico y se hace más importante la de Enfermería que pasa a ser fuente de información y consulta.